15.9.14

Fuiste boca en todas mis estaciones


Nunca se me dieron bien las bocas grandes. Dibujarlas, me refiero. A veces las encontraba entre la gente, otras tras la radio o perfiladas en un fotomatón, pero nunca solas. La primera vez que dibujé una, la otra la secundó tras una estación. En invierno las vi rotas, desgarradas y bañadas en cacao. En primavera fui consciente de su imprudencia, de sus deseos de besar otros labios y de su amor prohibido por los cuellos. Por eso, cuando llegó el verano, supe que no podría expresar todo eso en grandes dibujos ni en pequeños poemas. Desde entonces me creo boquiabierta.

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